
;-)))
La traduzione in italiano della ricetta QUI
Emperador según una receta siciliana...
...para celebrar Italia de norte a sur, con el corazón cercano a quienes, en mi Véneto, han perdido mucho o todo en las recientes riadas; para las gentes de L'Aquila, para que la solidaridad no se acabe; pasando por Nápoles, para que la "emergencia" de las basura deje de ser eterna; y terminando en Sicilia, con esta receta.
Feliz lunes,
Cannella
Para 2 personas:
unos 400 gr de emperador, limpio y cortado e rombos pequeños
harina
aceite para freír
pulpa de tomate, unos 400 gr
sal y pimienta
2 cucharadas de piñones
2 cucharadas de pasas
4 cucharadas de aceitunas, cortadas en rodajas
50 gr de cebollita francesa, muy picada
2 dientes de ajo, pequeños
aceite de oliva virgen extra
Enharinar el emperador y freírlo rápidamente en abundante aceite muy caliente. Dejar que pierda la grasa en exceso sobre papel de cocina y salpimentarlo.
Dorar la cebolla en 4-5 cucharadas de aceite de oliva virgen extra. Añadir los ajos, los piñones, las pasas (previamente remojadas) y las aceitunas. Después de unos minutos, añadir la pulpa del tomate, salpimentar y cocer unos 15 minutos.
Colocar esta salsa en una fuente refractaria junto con el pescado; añadir 100 ml de agua y meter al horno a 200º unos 20 minutos.
Una pasta al vuelo...por si quedan restos de caponata en Santiago.
90 gr de pasta corta por barba
una béchamel muy ligera, aromatizada con mucha nuez moscada y pimienta
abundante parmesano rallado
una mozzarella
unas cucharadas de caponatina de berenjena (ver receta en este blog, entradas anteriores)
pan rallado
aceite de oliva virgen extra
Cocer la pasta muy al dente.
Mezclar la béchamel con el parmesano, los restos de caponata y la mozzarella cortada en daditos; añadir la pasta. Poner todo en una fuente refractaria engrasada con algo de mantequilla y pan rallado; cubrir con un velo de pan rallado para que haga costra y un chorrito-ito de aceite de oliva virgen extra. Hornear 10 minutos a 200º y terminar con el grill.
Traduzione in italiano della ricetta QUI
Hoy iba a hablar de la descomposición de George&Mildred después del viaje al Imserso, pero me parece que el argumento afea los krapfen. Lo dejo otra vez para otro momento, para un plato más fuerte, alubias por ejemplo.
Besos de fin de semana,
Cannella
Para el desayuno del día de Navidad, para unos 20 krapfen, para la masa:
300 gr de harina de fuerza*
80 gr de azúcar
220 gr de huevos
80 gr de mantequilla en pomada
10 gr de levadura fresca de panadería, tipo Levital
2 gr de sal
la piel rallada de un limón
1/2 vaina de vainilla
Para la crema pastelera, ver receta AQUÍ
En un bol, mezclar la harina con el azúcar, la sal, la vainilla (abierta y sacadas las semillas) y el limón. Añadir la mitad de los huevos y mezclar. Añadir la otra mitad de los huevos y amasar más. Será una masa rara, más bien una crema muy densa con algo de cuerda. Añadir entonces la mantequilla cachito a cachito, tapar el bol y poner en el frigorífico un par de horas, hasta que se enfríe.
Pasado este tiempo, enharinar bien la superficie de trabajo, volcar la masa, enharinarla por arriba, estirarla rápidamente a un grosor de 2 cm y cortar unos círculos de 5-6 cm de diámetro. Ponerlos a leudar en un sitio caliente sobre papel vegetal.
Cuando hayan leudado, o se fríen en aceite de oliva o manteca, como manda la tradición o, como hago yo, se ponen al horno a 170º 5 minutos,en la parte alta con calor arriba y abajo; luego se baja la temperatura a 160º hasta que estén dorados.
Nada más sacarlos del horno se pincelan con mantequilla fundida y se rebozan en azúcar. Finalmente se llenan de crema.
Si están fritos, no se pueden congelar; si están horneados, sí, y se pueden congelar ya rellenos.
*harina de www.elamasadero.com
Traduzione in italiano delle ricette QUI
Las conservas agridulces para los aperitivos
Cómo no le voy a felicitar las navidades a Silvio, sobre todo hoy que he guisado uno de sus platos favoritos, los hinojos.
Cómo no voy a aprovechar la ocasión de estas señaladas fiestas para hacerle llegar, sugeriéndoselo visualmente, cuán cerca lo tenemos muchos italianos de nuestras partes íntimas...
(un día de estos no me dejarán cruzar la frontera y me devolverán a España por agitadora).
Mañana más, estoy lanzada.
Cannella
Estas recetas completan lo que envié en la newsletter de esta Navidad.
Para el agridulce de pimientos rojos, calabacín y alcaparras (foto de arriba)
3 pimientos rojos
3 calabacines medianos
30 gr de cebollita francesa muy picada
aceite de oliva virgen extra
2 cucharadas de alcaparras
vinagre de vino blanco
sal
pimienta
azúcar
Corto en dados de un par de centímetros las verduras y las pongo en Actifry con 6 cucharadas de aceite, sal y pimienta (o bien en una sartén, tapándolas durante la cocción para que se queden blandas sin deshacerse y destapándolas al final), hasta que todo esté bien dorado.
En una sartén, en un par de cucharadas más de aceite doro la cebolla con las alcaparras. Añado las verduras salteadas, dejo que cojan sabor un par de minuto y termino con el azúcar y el vinagre, subiendo el fuego para que los líquidos evaporen y las verduras caramelicen.
Duran 15 días en tarros herméticos.
Para el agridulce di hinojos al vinsanto:
5 hinojos
3 dientes de ajos cachopos (si son dientes de ajos grandes, solo 1)
aceite de oliva virgen extra
50 gr. de cebollita francesa, muy muy picada
sal y pimienta
2 cucharadas de vinsanto o vino blanco dulce al gusto
2 cucharadas de vinagre de vino blanco
1/2 cucharada de azúcar
2 cucharadas de pasas
Corto los hinojos en gajos y los pongo en Actifry (o en una sartén) con 6 cucharadas de aceite, los ajos enteros (que luego se quitan) sal y pimienta hasta que estén bien dorados.
En una sartén doro ligeramente la cebolla con las pasas (después de haberlas remojado en agua caliente) y, cuando los hinojos estén listos, los echo a la sartén y dejo que cojan sabor. Añado el azúcar, el vino, el vinagre, subo la llama y dejo que los líquidos evaporen y la verdura caramelice.
Duran una semana en tarros herméticos.
Traduzione in italiano della ricetta QUI
El pollo asado clásico de mi madre
Hoy podría hablar de esa grandísima escort (vocábulo de moda en mi país) en que se ha convertido el Parlamento italiano.
O podría hablar de los síntomas de descomposición de George&Mildred a la vuelta del viaje con el Imserso.
Pero no. Voy a hablar de mi pollo.
Aunque nadie se lo crea, hacía unos 17 años que no comía un pollo asado, concretamente desde una de las (poquísimas, en nuestra ya larga carrera matrimonial) peloteras conyugales que tuvimos de recien casados, mi consorte hispánico y yo.
Aquel día me planté y dije "pues no guiso, hago las maletas". A las doce horas firmamos la paz y, desesperados, bajamos a por comida al rustipollo de al lado.
Experiencia infame, blandurria y saladísima. Estuvimos malos tres días y no volvimos a comer un solo pollo asado (ni a discutir).
El otro día, por casualidad, vi esta bestia bonita y, de repente, me entró nostalgia del pollo asado de mi madre, de ese aroma tan característico a romero y salvia que se expandía por la cocina cuando en Navidad la tía María nos regalaba un pollo de corral.
Los nórdicos también tenemos algún que otro pronto...y el pollo terminó gloriosamente en la cazuela.
Mañana más, un beso,
CannellaEste bicho era de un kilo y ochocientos gramos; éstas son las dosis:
1/2 vaso de aceite de oliva virgen extra
1/2 vaso de vino blanco seco
una cebollita francesa (70 gr.), cortada en rodajitas
5 pequeños ajos cachopos, enteros (si son ajos grandes, dos)
6 ramitas de romero (4 en la cazuela y dos estratégicamente colocadas bajo las alas del pollo)
6 hojas frescas de salvia
Además:
una tacita con un poco de aceite y, disueltas, la sal y la pimienta necesarias para pincelar bien el pollo
Ato bien las alas del pollo con los muslos, de manera que el bicho no pierda la forma durante la cocción. Pincelo bien el pollo con la mezcla de aceite, sal y pimienta.
En mi cacerola Émile Henry he echado los líquidos, la cebolla, los ajos, la salvia y el romero; luego he colocado dentro el pollo y al horno, a 180º la primera hora, sin tocarlo ni abrir la puerta.
Luego he subido la temperatura a 200º y cada 20 minutos lo he bañado con su propio jugo, otra hora y media más de cocción.
Hacia el final de la cocción del pollo, he puesto las patatas en la Actifry (o en una sartén) con sal y poco aceite, llevándolas hasta tre cuartos de cocción. Las he quitado y las he echado en la cazuela con el pollo, para que terminaran de hacerse en el jugo del bicho.
Al final de la cocción he sacado el pollo y las patatas y he filtrado el jugo, aplastando bien con un tenedor las verduras que quedaron en el colador, para que el aceite se aromatizara al máximo. He servido el pollo y las patatas con su salsa aparte.
La salsa será muchísima, así tiene que ser.
Cuando se haya enfriado, se pone el el frigorífico para que espese. Luego, con cada 2cucharadas de esta salsa se fríe un kilo de patatas en Actifry, y salen de cine, con sabor a asado como si estuvieran hechas al horno. Lo mismo si se hacen en la sartén, aunque en esta caso necesitarán el doble de salsa.
Cuando la salsa haya espesado, congelo pequeños contenedores con dos cucharadas de salsa cada uno.
Si sobra pollo, salen las mejores croquetas del mundo mundial, pero esto no hace falta que os lo cuente yo.
Traduzione in italiano della ricetta QUI
Cestitas de alcachofas, rellenas de verduras crujientes
Cualquier rayo de luz es bueno para subirme a la bici y, junto al consorte, pedalear por la Armuña o por el campo charro, según en humor. Somos los nuevos Coppi e Bartali, dice mi comadre.
El cielo inmenso de Castilla, ese cielo que ya no existe en la llanura padana intensamente urbanizada, siempre nos reservas panoramas que quitan el aliento.
Y algún que otro chaparrón.
Felicidades a las Inmaculadas.
Cannella
Lo que en Véneto se vende como "fondos de alcachofa" (la base de las alcachofas, ya limpia de hojas y de barbas interiores, es decir, sin heno) por aquí no existe. Por primera vez la semana pasada Elena de "Bionature" (Paseo de Torres Villarroel, 80-82, aquí en Salamanca) tenía unas estupendas alcachofas biológicas gigantes, de las que por fin he podido sacar unos "fondos" (la palabra me temo que no tiene traducción al español, porque no se trata de los corazones) hermosos.
Para obtener estas cestitas hay que disponer de alcachofas gigantes, ya que las pequeñas, para estos menesteres, no merecen la pena. Hay que cortar las alcachofas donde empieza la hoja, quitar el rabo, con un cuchillo afilado tornear la parte exterior de la alcachofa, alargar con los dedos la parte interior y quitar el heno, hasta obtener una cestita. Los "fondos" en mi casa se comen tal cual (guisados según la receta que pondré a continuación) o rellenos. Es una gran comodidad encontrarlos en los mercados ya limpios.
Para 3 personas:
6 alcachofas gigantes
aceite de oliva virgen extra
un poco de caldo, de pollo o de verduras
sal y pimienta
un poco de perejil picado
ajo entero
hinojo
patata
zanahoria
dos cucharadas de parmesano rallado
Pongo a dorar los "fondos" de alcachofa en una cazuela, con unas cucharadas de aceite, un par de dientes de ajo enteros (que luego se quitan), sal y pimienta. Cuando estén dorados los baño con un poco de caldo, los tapo y los dejo cocer a fuego suave, dándoles la vuelta a menudo. En la fase final de la cocción quito la tapadera y dejo espesar el jugo.
Corto las verduras en daditos y las meto en la Actifry (o en una sartén) con aceite, sal, pimienta, perejil y un diente de ajo (que luego también se quita), hasta que estén doradas y crujientes. Las quito de la Actifry (o de la sartén) y las mezclo, todavía calientes, con el parmesano.
Coloco los "fondos" de alcachofa en una pirófila (Lola, un beso hacía mucho que no ponía nada en una pirófila ;-DDD) untada con mantequilla y espolvoreada con pan rallado, los relleno con las verduritas crujientes y termino con una cucharadita de salsita de los fondos sobre cada alcachofa. Al momento de servir, paso las alcachofas unos minutos al grill.
Son un contorno, acompañamiento, delicioso para la mesa de las fiestas, donde las verduras, para mí, son importantísimas.
Receta basada en una idea de la revista "Sale&Pepe" de diciembre 2010.
Para la masa, para unas 80 piezas:
300 gr de harina panadera recia* o sémola de trigo finísima
2 huevos
4 yemas
sale
en caso de necesidad, una cucharada de agua
*la harina panadera recia la encontrarás en www.elamasadero.com
Amasar con fuerza, hasta obtener una masa lisa. Taparla con un cuenco y dejarla reposar al menos 30 minutos, antes de estirarla en tiras no excesivamente finas, para preparar los ravioli o los tortellini.
Para el relleno de hierbas:
250 gr de ricotta o de requesón
250 gr de hierbas mixtas limpias (he utilizado rúcula salvaje -a la venta en Salamanca en "Bionature", Paseo de Torres Villarroel 80-82-, berros, canónigos y espinacas baby)
sal y pimienta
aceite de oliva virgen extra
1 huevo
nuez moscada
1 diente de ajo
una pizca de cebolla muy picada
parmesano rallado
La noche anterior, poner en un colador la ricotta, colocar el colador sobre un cuenco, tapar todo con papel albal y guardar en el frigorífico toda la noche.
Al día siguiente, hervir las hierbas en un dedo de agua durante tres minutos. Escurrirlas, pasarlas bajo el chorro de agua fría y apretarlas bien entre las manos, hasta que queden reducidas a un puñado. Cortarlas en tiras finas.
En una sartén, dorar muy ligeramente el ajo y la cebolla en una cucharada de aceite, añadir las hierbas, salpimentar y rehogar las hierbas durante tres minutos.
Mezclarlas muy bien con la ricotta escurrida y condimentada con una pizca de sal.
Añadir la nuez moscada, el huevo y el parmesano. Con esta mezcla cremosa rellenar los ravioli y los tortellini, que luego se pueden congelar.
Para formar los tortellini, cortar la masa ya estirada en cuadrados de entre 3 y 5 cm. de lado. Colocar en el centro un poco de relleno. Doblar la masa formando un triángulo. Juntar los extremos de la base del triángulo alrededor del dedo índice y apretar. El tortellino está listo para ser cocido (5 minutos en abundante agua hirviendo con sal) o congelado (en bandejas forradas con papel vegetal hasta que se endurezcan, para luego ser volcados en bolsitas).
En la siguiente foto , los ravioloni, cortados con el cortador especial gigante. En este caso se pone el relleno sobre una tira entera de masa ya estirada, distanciando los montoncitos de relleno entre sí. Se cubre todo con otra tira de pasta igual y se corta el raviolone, de manera que quede automáticamente sellado con el corte (podéis utilizar un vaso con bordes finos o un cortador de galletas). Tres o cuatro ravioloni del diámetro de 6 ó 7 cm. componen un primer plato.
Con las mismas hierbas se puede hacer un risotto. En la foto de aquí abajo, risotto de hierbas con speck imperiale de los hermanos Corrà de Smarano, en el Trentino (más información pinchando AQUÍ).