Según el ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, España es el país de Europa que menos pan consume; se consumen unos 58 kg al año por habitante, unos 20 kg menos que en Italia y en Francia, por ejemplo.
Hacer mi propio pan es para mí un ritual que da sentido a toda la comida del día y a algo más, a la idea del trabajo cotidiano para ganarse el pan y al milagro de la vida en general.
El libro de este mes es el último que ha venido a engrosar mi biblioteca del pan; se trata de "365 recetas de pan", de Anne Sheasby, Editorial Blume.
Hay recetas para todos los gustos, para máquina del pan, para panes rápidos, panes étnicos, panes para celíacos y reciclaje de las sobras de pan.
El único "defecto" que le encuentro es la exagerada afición a la utilización de la harina de fuerza.
3 comentarios:
Fíjate que hace no tantos años nuestra alimentación se basaba en el pan.
Tengo pendiente el que me salga un pan como dios manda. Tal vez cuando me quede en el paro tenga tiempo para dedicarle.
A tí te admiro, siempre puedes hacer un montón de cosas.
Besos
Marisa,
hay días, (¡más bien noches!)que me pregunto si tiene mucho sentido que esté allí dándole a la masa madre a las 12 de la noche, cuando sería tan fácil ir al panadero por la mañana...Una mujer con familia y casa nunca se queda en el paro, eso lo sabes muy bien. En los meses de verano tengo menos trabajo y la temperatura es ideal para que el pan levante, así que verás cómo en estos meses consigues tu pan ideal, y cuando lo tengas verás que te engancha. Un beso muy fuerte, me acuerdo mucho de ti.
Lo tengo, he hecho algunos panes y salen bastante bien. Besos!
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