18 junio 2013

L'insalata di seppioline e di asparagi selvatici a spillo

Texto y fotos pertenecen al blog La Zuccheriera


Ensalada de sepia y espárragos salvajes

A mí lo de Big Data me deja indiferente.

Porque vivo al lado de un sistema de espionaje integrado que haría palidecer lo que fue mi vecina cotilla española, alias VC. Es más: la echo tan de menos por sus técnicas naïves (el cuerno apoyado en la pared para las escuchas ilegales; las salidas al patio, armada de escoba o de regadera para sintonizar las antenas; el contrò contrò a lo pitonisa Lola. Todo eso se ha quedado en la prehistoria) y me gustaría invitarla aquí para que hiciera un cursillo acelerado de la mano de mi VC actual. Para que luego digan barbaridades de los servicios secretos italianos.

Estoy rodeada. Se turnan, sin descanso, día y noche, madre, hija y nieta, tres generaciones al servicio de la ley, que ni Torrente.
Tienen el visto bueno de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado: el yerno-marido-padre es policía. Vigila la buena reputación del barrio, ya que de mi casa entran y salen hombres sin parar. No miente: recibo frecuentemente al fontanero, al electricista, al ñapas general, al jardinero... esta casa es una ruina y los profesionales femeninos no abundan en ciertos sectores.

Tienen medios potentes: bici, coche, cochecito de bebé. Todos con radares instalados y enfocados hacia mis sospechosísimas actividades (han alertado al ayuntamiento para que efectúe un control de humos en mi cocina, debido a mi producción no reglamentada de crostate). Esto no es como la guardia civil en España, que tiene que llevarse hasta el papel higiénico desde casa.

Ofrecen un servicio de información gratuita y completa a las visitas no anunciadas que tocan mi timbre: está, no está, llame de nuevo que está pasando el aspirador y no oye, vuelva más tarde que se está secando el pelo, no insista que está hablando por teléfono y tarda horas, se ha ido de viaje y llevaba la maleta grande, se quedará fuera toda la semana.

En fin, que me siento protagonista.
Que aquí y allí somos igual de discretos (o más).
Y que estoy siempre acompañada. En el sentimiento.

Un beso,
Monica



Lo que menos nos interesa es hablar del tiempo. Y os aseguro que de este argumento tendría mucho que decir. Hoy 36º, viento en calma y 89% de humedad. Mosquitos como boeing 747. La tele que nos bombardea con los clásicos reportajes de los mayores que van a  los centros comerciales para refrescarse (en realidad nunca salen de allí, hasta el otro día se protegían de la nieve).
Incluso en el norte hace calor. De Bolzano y Trento huyen hasta los alemanes, nunca he visto tanto sitio bajo los soportales y en esas panaderías donde hasta los picaportes tienen forma de pretzel y lo más bonito es hacer el tour de degustación de la Sacher. En los enlaces, dos recetas vintage. Para cuando llegue el invierno. Si llega. Sobre todo si llego yo.

Ingredientes para la ensalada:

sepias pequeñas
espárragos trigueros (los de la foto son de una variedad que en España nunca he visto, son finos como un hilo de lana, si los conocéis os agradezco que me dejéis señas en los comentarios)
tomates cherry
sal, pimienta blanca
aceite de oliva virgen extra
perejil picado
1 diente de ajo entero

He cortado las sepias en tiras y las he puesto en la vaporera, hasta que estuvieran al dente.
He hecho lo mismo con los espárragos.
En una sartén he salteado en un poco de aceite los tomates cortados al medio, con el perejil y el ajo entero. Luego he añadido las sepias y los espárragos.ç
La ensalada se consume a temperatura ambiente.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Si ya te lo decía tu suegra (¿o era la madre de ésta?):¡Mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer! Vuélvete p'españa, Monica, que aquí ya ha dicho Mariano que hay brotes verdes. Se te echa de menos por Salamanca. Saludos

Cocinando con las chachas dijo...

Preciosa entrada y excepcional receta.
Un saludo de Las Chachas.

Jose dijo...

Hola Mónica,
los espárragos trigueros de la foto parecen exactamente eso, trigueros ;-)
Ten en cuenta que los que se venden en España suelen ser verdes de cultivo. Generalmente gruesos hasta el rubor y los trigueros son los campestres, que son finísimos en su grosor, pueden requerir algo más de cocción (unos sí, otros no, como todo lo que se coge del campo) y con un sabor realmente notable.

Saludos,

Jose

paloma dijo...

Qué buena pinta y qué sano. Además es una receta sencilla. Ya sé que cenar esta noche! :)

Monica Bedana dijo...

Gracias por todas las sugerencias. Jose, los trigueros salvajes, de campo, los he probado alguna vez y son incluso más gruesos que éstos. La foto probablemente engaña, son finos como un palillos.

Abrazos para todos

Jose dijo...

Uuuuy, pues sí que eran finústicos entonces 8-o

Saludos,

Jose