14 diciembre 2005

POLENTA E FUNGHI



POLENTA Y SETAS

Hace ya unas semanas, mi vecina favorita (no daré más datos porque sé que quiere mantener el anonimato, que luego se me enfada) me regaló esta magnífica cesta de parasoles (mazze di tamburo en mi tierra, es decir mazos de tambor, porque las solemos coger cuando están más cerradas). Unas cuantas se fueron directas a la plancha esa misma noche y las otras las puse trifolati con polenta, como se comen en el Véneto y, más concretamente, en mi casa.
Para la polenta (apróximadamente para 6 personas):
  • un litro y medio de agua
  • medio kilo de harina para polenta
  • sal

Se pone al fuego una cazuela amplia con el agua y la sal y cuando empieza a hervir se echa la harina como si fuera lluvia, poco a poco. Con una mano se echa la harina y con la otra no se deja nunca de remover. Hay que practicar un poco para que no salgan grumos, lo más importante es remover y remover. Estará cocida cuando, al remover, la polenta se separe de las paredes de la cazuela. Para esta receta hay que dejarla un poco más líquida. Cuando esté fría se solidificará igual.

ANTES de hacer la polenta hay que tener listas las setas:

FUNGHI TRIFOLATI:

Para 6 personas:

  • 1 kg de setas (parasoles o boletus, pero mismamente con los champiñones comunes vale)
  • medio vaso de aceite
  • 2 dientes de ajo
  • sal, pimienta
  • 25 gramos de mantequilla
  • 5 anchoas
  • una cucharada de perejil

Se pone en una cazuela el aceite con las cabezas de ajo cortadas en láminas, se dejan dorar y luego se quitan. Se echan a la cazuela las setas limpias, cortadas en láminas, a fuego vivo. Se salpimenta y se deja cocer. Cuando ya no habrá rastro de agua de las setas en la cazuela se añade la mantequilla con las anchoas y luego el perejil. Se baja el fuego y se deja que los sabores se mezclen bien. Unos diez minutos después los funghi estarán trifolati.

PARA TERMINAR LA RECETA:

Se echa en un plato una dosis de polenta caliente y cremosa. En el centro se disponen un par de cucharadas de setas y encima de las setas se rallan unas láminas de parmesano fresco (mi padre le echaba una-lámina-una de trufa blanca de Alba). El plato está listo. Se puede comer cada cosa por separado, pero lo bueno es mezclarlo todo.

Notas de corazón:

La polenta que no se coma en ese momento se echa, cuando esté todavía caliente, en una fuente y se deja enfríar completamente. Al día siguiente se corta en cuadraditos y se pone a la plancha a tostar; se come en lugar del pan cuando hay algo para "pringar".

1 comentario:

Anónimo dijo...

A mi me encantan las setas de cardo, eso si, siempre al ajillo o en un buen guiso como acompañamiento.