Por fin he conseguido en Málaga esta miel de caña, para las toneladas de berenjenas que estoy consumiendo. Gracias al/la comentarista anónimo/a que en su día me aconsejó esta miel.
Y el viernes, en el hiper, vi estas salsas italianas de chocolate y caramelo, ideales para yogures, panna cotta, helado, repostería en general. Obviamente, eché una lagrimita de emoción...
3 comentarios:
Contaba Néstor Luján que al regreso de una prolífica estancia de varios meses en los Estados Unidos junto a Josep Pla, el barco en el que hicieron el trayecto de vuelta atracó en Bilbao. Allí se hospedaron en un lujoso hotel (siento no recordar el nombre), y Pla pidió para cenar una sopa de pescado. Justo en el momento en el que Pla llevó la primera cucharada de la sopa a su boca, Luján observó con discreción cómo una lágrima se deslizaba por la mejillla del escritor ampurdanés.
“Piangi, fanciulla, piangi” (disculpa mi vena “operera”)… Entiendo muy bien esta lagrimita que echaste.
enric.
Enric,
¡no está mal empezar la semana con alguien que te compara con Josep Pla!
En el que, aunque consabido, tan genial fragmento de la magdalena, Proust supo plasmar lo que a todos nos sucede ante las sensaciones provinentes de nuestros sentidos, pero Pla, al contrario que tú, nunca hubiera confesado que se le escapó aquella lágrima por algo tan humano como es reencontrarse con un sabor que, como un paisaje, un aroma, una melodía, una lengua o, incluso, un determinado acento, forman parte de lo que gracias a ellos somos.
Siento poder dar la sensación de “sensiblero”, pero me ha emocionado saber de tu lágrima ante las salsas que encontraste en el hiper.
enric.
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