E' andata. Ho partorito ed ora l'abbandono. Sarà una pasta madre esposita. Chi se la volesse prendere, basta che me lo faccia sapere. La ricetta del pane che l'ultimo, flebile istinto materno ha (forse) prodotto, qui.
La masa madre sin complicaciones, cuarto y último día
Este blog ya es un des-madre.
El alumbramiento ha ido bien pero no puedo mantener a este hijo, y menos ahora.
Ya estoy viendo en pie de guerra a todas las asociaciones para la defensa de la vida de la masa madre, no la tires, criatura, te arrepentirás, no sabes lo mucho que puede hacer por ti. Igual me escribe Gallardón y todo. Al fin y al cabo soy una extranjera casi extra-comunitaria (pongamos que Italia salga del euro) en condición de desfavorecida por las coyunturas económicas mundiales.
He decidido: doy en adopción al neonato, tiene buenos genes, combinados con un buen fenotipo (o algo así intentó explicarme un día alguien al que le perdoné que comiera espaguetis con ragù. Nunca habría que perdonar algo así, en realidad. Ni siquiera por amor ;-P): se criará bien.
El lunes cambio de tema, lo prometo (más bien se lo he prometido a Ana).Hoy, tened paciencia, que me duele la madre, como en la Celestina.
Masa lista para ser amamantada de nuevo con 100 gramos de harina y 80 de agua, si no se va a hacer pan inmediatamente. O que puede ser utilizada para hacer pan tal como está. Todavía no tiene toda su fuerza desarrollada, así que necesitará o un leudado muy largo o una pizca de levadura que la ayude. El rollo de cómo se mantiene una masa madre, en mi blog del pan.
Al final he sentido ternura y he amasado esto:
150 gramos de masa madre
300 gramos de harina de candeal
5 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
140 gramos de agua templada
1 cucharadita de azúcar de caña
1 cucharadite de sal
La harina de candeal, como me enseñó Iciar, hay que trabajarla mucho.
Nada de levadura añadida: confío en la potencia del gen (¿egoísta?) italiano.
Mañana veremos qué sale.
Feliz fin de semana,
Monica
2 comentarios:
Menos mal que te has apiadado y nos has colgado una receta, porque no sabía qué hacer con tantos ojitos (de mi masa, claro) mirando.
Laura! Eso se llama fecundación por telepatía!
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