26 octubre 2009

Baccalà alla livornese

Texto y foto pertenecen al blog http://zuccheriera.blogspot.com

Bacalao como se hace en Livorno


(La traduzione in italiano della ricetta è disponibile cliccando qui)

Estamos pasando por una profunda crisis de pareja.
Nuestro matrimonio se va al garete.

Una relación que ha sobrevivido a decenas de situaciones extremas.

Como aquella vez que me quise traer la escoba electrica Meliconi desde Padua, dosmil kilómetros en el coche con el palo de la escoba atravesado detrás de las orejas, y luego la vimos en el Corte Inglés más barata.
O como cuando me traje la plancha con calderín de equipaje de mano (en otros tiempos)y tuve que hacer una demostración de planchado rápido delante de la policia del aeropuerto de Verona.
O cuando en la terminal de Pisa nos asaltaron los perros antidroga por la harina de castaña.
Vivir peligrosamente era lo nuestro, pero ahora nos faltan (o nos sobran, según se mire) cinco malditos centímetros.

El médico me ha mandado tirar los zapatos planos y ponerme un tacón de cinco centímetros, porque me duele la planta de los pies. Desde la cima de mi metro y ochenta y siete, si me pongo en lo alto de la calle Zamora y miro hacia la plaza, casi me da vértigo. Mi marido se niega a salir a la calle conmigo en plan Bruni-Sarkozy, ni siquiera por motivos de salud. No sé cómo saldremos de esta, de momento hemos anunciado a la prensa que estamos en pausa de reflexión.
Por cierto, vendo colección de bailarinas y mocasines Ferragamo número 41 de incalculable valor...sentimental.

Como podéis comprobar, tengo mucho bacalao que cortar en casa.
Feliz semana,
Cannella

P.S.: Los amigos de "La Zuccheriera" que quieran apuntarse a la celabración salmantina del próximo 14 de noviembre encontrarán toda la información pinchando
aquí. Contamos ya con la participación de nombres ilustres del mundo blog.
¡Os espero!

***

Para dos personas, dosis abundante

medio kilo de bacalo desalado
un kilo de tomates pera maduros (como los tomates raramente son jugosos y menos en estas fechas, utilizo las latas de tomates enteros pelados, con su jugo y todo. En el Lidl la semana pasada encontré latas de estos tomates, italianos y madurados al sol -i pelati- que están buenísimos)
media cebolla pequeña, picada muy fina
2 dientes de ajo pequeños, partidos al medio y sin "el alma"
aceite de oliva virgen extra
una pizca mínima de sal para el tomate
un buen pellizco de azúcar de caña, siempre para el tomate
perejil fresco
harina
aceite de semillas para freír

Se corta el bacalao en trozos de 3-4 cm de ancho cada uno (el mío está mucho más desmigado porque es la única forma de hacérselo comer al hombre carnívoro castellano), se pasa en harina y se fríe brevemente en una sartén con aceite de semillas muy caliente. Se pone a escurrir en un plato con papel de cocina (Cartapaglia Foxy, lo mejor).

Mientras, se prepara la salsa poniendo a dorar en aceite la cebolla y el ajo (se empieza con el aceite en frío y a temperatura suave); se añaden los tomates (si son frescos, pelados y cortados en rodajas; si son de lata, cortados también en rodajas, con todo el jugo de la lata), la pizca de sal, el pellizco de azúcar de caña y se cuece a fuego muy alegre unos 20 minutos, removiendo a menudo, hasta que la salsa espese. Se añade entonces el bacalao, un buen puñado de perejil fresco y se deja que el pescado coja sabor y se caliente, 10 minutos más. Se quita el ajo y se sirve con rebanadas de pan toscano sin sal (para el pan, la receta en un futuro próximo).

Así es como he aprendido a hacerlo de mi tía Nadia; es fácil, rápido y buenísimo.

El vino es un apreciadísimo regalo de una amiga del norte.

A continuación, nuevo zueco alemán ortopédico con tacón de la autora del blog. Se informan los lectores de que la imagen puede herir la sensibilidad. Adiós glamour.

Hoy es el día mundial de la pasta (la de comer, quiero decir).

20 octubre 2009

Todo empezó con una salsa a la vodka del abuelo Resio...
Información sobre la cita del 14 de noviembre en Salamanca

Foto y texto pertenecen al blog http://zuccheriera.blogspot.com/

Todo empezó un mes de octubre de hace 5 años. Quería un recetario que no ocupara espacio, que fuera solo mío y que, al mismo tiempo, los demás pudieran utilizar.Estaba harta de distribuir entre los amigos mis recetas en papel, empezando por los míticos bucatini alla vodka del abuelo Resio. Después de todo este tiempo nada ha cambiado, sigo compilando mi recetario para mí, a mi bola, con las cosas que a mí me gustan, sin hacer caso de las modas, los eventos, los imprescindibles y compagnia bella. Todo esto de internet ha crecido tremendamente en estos años, demasiado, me supera, no puedo seguir su ritmo, así que voy a mantener el mío que, por el contrario, cada vez es más relajado.

He pensado que, después de tanto tiempo y de haber encontrado en este camino tantos amici di penna con los que he compartido virtualmente passata, amatriciana, cappuccino, focaccia y, sobre todo, una montaña de buen humor, que sería bueno vernos las caras, estrecharnos las manos (o besarnos, a la española ;-))) y compartir un rato aquí, en mi ciudad adoptiva.

La cita es para el 14 de noviembre 2009 y está abierta a todo el mundo que quiera participar: lectores silenciosos, lectores comentaristas, bloggers... solos, emparejados, con familias, con amigos de los amigos...

Os propongo un paseo por Salamanca con un guía especial ;-) , una comida sencilla, un café en la Plaza.

El que necesite que le aconseje sitios para alojarse o cualquier otro tipo de información puede escribirme a la dirección de correo electrónico que aparece en la barra lateral del blog.
La fecha límite para confirmar la participación es el 10 de noviembre.

¡Os espero!

Y, de paso, os recuerdo la salsa de vodka del abuelo:

1 kg de tomates maduros
1 diente de ajo cortado al medio
aceite de oliva virgen extra
un buen puñado de hojas de albahaca
1 cucharada de nata
1 copita de vodka
1 guindilla
abundante parmesano rallado
sal
azúcar

Pelo los tomates y los corto en tiras gruesas.
Hago dorar ligeramente el ajo en el aceite, con las hojas de albahaca.
Añado el tomate y lo dejo cocer a fuego lento unos 30 minutos, añadiendo la sal y una pizca de azúcar al final de la cocción.
Quito el ajo, añado entonces una copita de vodka, subo la llama para que evapore rápido y termino de mantecar con una cucharada de nata fresca.
Sirvo con unos bucatini y mucho parmesano rallado.

En la foto, la receta original de mi abuelo, que guardo como oro en paño.

Le mini bavaresi con lo yogurth cremoso di vaniglia

Foto y texto pertenecen al blog http://zuccheriera.blogspot.com/



La traduzione in italiano è disponibile cliccando qui.

No guiso, no estoy guisando nada, intentamos comer platos precocinados directamente dentro de la lata, usando cubiertos de plástico.

No, no me he dado ningún golpe en la cabeza recientemente ni se me ha aparecido
Silvio provocándome algún trauma síquico: simplemente, se me ha roto el lavavajillas y fregar los platos a mano no es lo mío, porque me tiro siete hora oliéndolos (y siempre me huelen mal) mientras los lavo, gasto litros de detergente y acabo con los acuíferos de Castilla, y eso no es plan.

Para hacer la bavarese no se ensucia casi nada y, sobre todo, es una manera más de apreciar el nuevo yogur ecológico con vainilla de la Casa Grande de Xanceda, del que me he hecho adicta (ojo, que en Salamanca lo tiene el supermercado del Corte Inglés).

Para 10 mini-bavaresi

400 gr de
yogur ecológico con vainilla
160 gr de nata montada
60 gr de azúcar
40 gr de leche
10 gr de hojas de gelatina

Pongo en remojo la gelatina en agua fría, para que se ablande.
Mientras, monto la nata no muy firme, para que se pueda mezclar con el yogur sin hacer grumos.
Caliento un poco la leche, disuelvo en ella el azúcar y añado la gelatina, escurrida y estrujada. Remuevo bien para que se disuelva la gelatina completamente y mezclo esta crema gelatinosa con el yogur previamente mezclado a la nata. Lleno con la crema los moldes en silicona y guardo en el frigorífico unos 4-5 horas, antes de servir.

Es una receta del número de octubre de la revista "La Cucina Italiana".

15 octubre 2009

Le polentine col radicchio e l'Asiago

Foto y texto pertenecen al blog http://zuccheriera.blogspot.com

(La versione italiana delle ricette è disponibile qui e qui )

Esto no es un post.
Esto son unas ganas de otoño que no puedo con ellas.
Entre los rituales propiciatorios para acelerar la llegada del frío está el hacer polenta, o poenta.

Esto es también acudir
a una cita ineludible, la del Día Mundial del Pan .
¡Bien hallados!

P.S.: A propósito de citas ineludibles...para participar en la reunión de bloggers del 14 de noviembre daré todos los detalles por correo electrónico; la dirección está en la barra lateral del blog.
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Para 8-10 polentine:
150 gr de harina para polenta (la mía era del Lidl)sal
agua
unos 50 gr de mantequilla
3 cucharadas de parmesano rallado

Para completar:
1 radicchio
un poco de cebolla muy picada
sal
aceite de oliva
pimienta
una gota de vinagre balsámico glaseado
queso Asiago fresco (u otro queso que funda bien y que no sea muy fuerte)
unas nueces trituradas (opcionales)

Hacer polenta es cuestión de sensibilidad personal, no hay receta que valga: o se te da o no se te da (y en este segundo caso es mejor dejarlo, creo). Lo primero es encontrar la cazuela adecuada, donde no se pegue y salga cremosa, sin grumos y con buen sabor. Lo de la cazuela de cobre (el calliero, en véneto) es leyenda urbana; mi abuela, la más grande maestra polentona del mundo mundial, ha hecho durante toda la vida su mítica polenta en una cazuela de aluminio destartalada y abolladísima. Sí es recomendable que la cazuela tenga un fondo grueso.

Yo empiezo mezclando los 150 gr de harina con 300 ml de agua hirviendo; mantengo una cazuela con agua a punto de hervir todo el rato al lado de la cazuela donde hago la polenta, y voy añadiendo agua poco a poco, sin parar de mezclar con fuerza, hasta que los granos de harina se vuelvan invisibles. Tardo unos 45 minutos y me tengo que centrar sólo en la polenta, es un momento de auténtico recogimiento culinario.La sal la dejo para el final y, en esta receta, condimento la polenta con mantequilla y parmesano. La foto puede dar una idea del grado de cremosidad que tendría que tener (o, mejor dicho, que a mí me gusta que tenga).

Vuelco entonces la polenta en un molde de silicona con los bordes bajos (las polentine no tienen que ser más altas de 1cm y 1/2), la nivelo bien con el dorso de una cuchara mojado en agua fría y dejo que la polenta se enfríe por completo, antes de desmoldarla dándole la vuelta.
Mientras, corto en tiras finas el radicchio y lo salteo rápidamente con un poco de aceite, la cebolla picada, sal y pimienta y la gota de vinagre balsámico glaseado.

Con un molde para galletas de unos 4 cm de diámetro corto las polentine, las coloco sobre la bandeja del horno forrada con papel vegetal y las cubro con un poco de radicchio y con tiras de queso. Horneo 10 minutos a 200º y sirvo inmediatamente.

Los pequeños recortes de polenta que sobren, al día siguiente se empanan y se fríen, o se tuestan unos minutos sobre la plancha eléctrica.

La receta es una idea del libro sobre el radicchio de Giovanni Rana.