Shopping with Canny in...London

La gente viajera, o es muy de París o es muy de Londres. Yo era muy de París antes (de casarme con un español); luego, las circunstancias de la vida (susodicha boda con un español) y el desagradable incidente del intento de meada sobre la llama del soldado desconocido, bajo el Arc de Triomphe, hicieron que me volviera muy de Londres.

Esta es una guía rápida para gastar mucho dinero en poquísimo tiempo.

Pongamos que el hotel está situado cerca de Oxford Street, porque hay que mirar la logística antes que nada. Os podeís peinar la misma Oxford Street de arriba abajo, a concencia, que diría mi suegro, con especial atención a los almacenes
Selfridges (algún cacharrito de cocina caerá, en la sección correspondiente; y si no os podéis llevar su colección de cacerolas Le Creuset o de sartenes Kitchenaid , algún que otro molde para galletas en el equipaje de vuelta cabe perfectamente), a los Debenhams (con parada en la cafetería para unos scones con nata) y a los House of Fraser.

Con el ánimo ya contento y unas cuantas bolsas más, bajamos por la New y la Old Bond Street y hacemos una paradita en absolutamente TODOS los siguientes escaparates (el que quiera entrar, ¡que entre!):Gucci, Prada, Armani, Versace, Chanel, Vuitton,Hermès, Ferragamo, Dolce&Gabbana, Yves Saint Laurent, Burberry, Ralph Lauren...sólo para mencionar algunos, esperando que los demás no se ofendan :-DDD

Siguiendo ese camino se llega a Piccadilly y allí, enfrente de la London Academy of Arts está Fortnum&Mason donde seguramente, después de haber contemplado el mágico escaparate, haréis carga de mermeladas, quesos, tés, cafés, chocolates, galletas, mostazas y salsas variadas mientras esperáis vuestro turno (si habéis reservado con cierta antelación) para el té de las cinco con todo su ceremonial, el mismo desde que la tienda se fundó en 1705.

A la salida, una parada en la librería Waterstone y, casi enfrente, en la Burlington Arcade, un vistazo a la tienda de Ladurée (hay otra dentro de los almacenes Harrod's) para llevarse unos cuantos macarons. De allí, vuelta para arriba otra vez, hacia Piccadilly Circus (al que le guste, allí está un Virgin Megastore) y Regents Street.

Todas las tiendas de Regents Street merecen una paradita; a mí me gustan los cafés aromatizados solubles (que van muy bien para hacer capuccino) de Whittard of Chelsea y todas sus infusiones, de las que es posible saborear un vasito en la misma tienda. Otra parada obligatoria a todas las edades es la tienda de juguetes Hamleys, sobre todo si se aproximan las navidades. Para trapitos asequibles y accesorios interesantes, entrar en Next y Uniqlo. Antes de llegar a Oxford Circus nos desviamos por Carnaby Street para dar una vuelta por los almacenes Liberty. Los característicos dibujos de sus telas y la arquitectura del edificio los hacen únicos. Recomendable también una visita a la tienda de Laura Ashley y una inmersión en el universo jabonoso de Lush, que si bien ahora está presente también en Madrid, las tiendas de Londres tienen su encanto.

Últimas paradas del día en la librería Borders de Oxford Street, para coger todas las revistas que nos gustan de todos los rincones del mundo; en el supermercado de Marks&Spencer; en Monsoon y Miss Selfridge, que nunca se sabe dónde están las gangas :-)))

A la mañana siguiente, corriendo a Knightsbridge para patearse las Food Halls y las Luxury Rooms de Harrod's (procurando evitar el monumento a Diana y Dodi en el piso inferior, que está siempre atiborrado de gente llorando, ayyy el amor) y una vuelta tranquila por Harvey Nichols, al ladito, con parada detenida en las ofertas de bolsos de marca.

Por la tarde, vueltecita por Covent Garden, paseo por el Soho y...corriendo a coger el avión.

Si a lo largo del camino os entra hambre, todas las cafeterías son apetecibles; a mi me gustan especialmente La Brioche Dorée y Caffé Nero.

Y recordad que lo que hayáis gastado, bien gastado está.